Lola Índigo ha hecho historia en el estadio Metropolitano de Madrid ante más de 60.000 asistentes, marcando un antes y un después en su carrera. La artista presentó un show dividido en tres actos temáticos, donde revivió sus eras musicales más importantes: La Niña, La Bruja y El Dragón, con una producción monumental, visuales impactantes y potentes coreografías.
Una noche de hits, emociones e invitados de lujo
El espectáculo arrancó con “Ya no quiero na”, su primer gran éxito, seguido de otros temas como Santería, Maldición o Culo. Cada acto trajo consigo un cambio de vestuario y una narrativa propia, intercalada con mensajes de empoderamiento y agradecimientos emotivos por parte de Mimi, que no pudo evitar emocionarse en varias ocasiones.
Los invitados especiales brillaron en cada tramo del concierto. José del Tomate abrió el bloque flamenco del EP GRX, Belén Aguilera compartió escenario en La Tirita, y Tini desató la locura con La Niña de la Escuela. La sorpresa final fue Paulo Londra, que interpretó Adán y Eva y Perreito Pa Llorar junto a la granadina.
Orgullo, homenaje y una despedida por todo lo alto
Además de la música, el show estuvo cargado de reivindicación y sensibilidad. Lola dedicó el tema Triana a una joven fan fallecida recientemente y cerró la noche con un mensaje claro en defensa del colectivo LGTBI: “Sé que sin ellos yo no estaría aquí”, afirmó antes de pronunciarse contra la transfobia.
El cierre llegó con fuegos artificiales y los temas MOJA1TA y La Reina, en un final apoteósico que selló una velada inolvidable. Lola Índigo no solo dio un concierto: firmó su consagración definitiva como icono del pop español actual.